Proclama Uruguay Fetish 2025
Hoy volvemos a pararnos frente al edificio que representa el poder del pueblo, reclamando nuevamente por nuestros derechos. Venimos a mostrar que nuestra lucha no merma y que no nos silenciaron, ni volveremos al closet nunca más.
Seguimos enfrentando una sociedad que no cambia, un discurso ignorante que continúa persiguiéndonos como depravades, degenerads, abusadores o enfermes. Nos estigmatizan simplemente por no conformarnos con lo tradicional, con lo impuesto por la norma, por no aceptar que otres nos digan cómo tenemos que vivir.
Pero aquí estamos: resistiendo, creciendo, construyendo comunidad.
Seguimos en una sociedad que nos cierra puertas, trabajos donde tememos que nos descubran, y amigues, familiares y compañeres en los que no podemos confiar, porque a través del juicio infundado nos discriminan, buscan reprimirnos y corregirnos, para que renunciemos a ser quienes somos. Y nuestra respuesta va a seguir siendo la misma: AL CLOSET NUNCA MÁS.
En salud seguimos siendo invisibles. En salud mental aún hoy, hay profesionales que nos tratan como patologías, aferrados a prejuicios de otro siglo. Donde deberíamos encontrar cuidado y acompañamiento, encontramos represión y juicio. Falta empatía, falta escucha, falta formación. No queremos simple tolerancia: queremos respeto.
También seguimos siendo borrades de la narrativa social, como sí lo diferente no mereciera estar en el relato colectivo. Como si nuestras experiencias no pudieran inspirar y acompañar a quienes recorren caminos similares.
Y frente a todo esto, no dejamos de crecer, de unirnos y formar comunidad.
Gracias a esta unión logramos avanzar en los espacios sociales, logramos lentamente que se nos escuche y que se nos dé un espacio en la mesa de trabajo.
Este año logramos algo histórico: que instituciones como el Ministerio de Salud Pública y la Organización Panamericana de la Salud escuchen nuestras visiones y vean todo lo que podemos aportar.
Logramos hacernos de espacios públicos donde compartir, enseñar y ser escuchades, y así poder ser reconocides como una parte valiosa del paisaje social de este país.
Acompañamos una feria que nos representa y que, con esfuerzo, y aunque la quieran esconder, año a año duplica su alcance.
Crecimos como comunidad, sorteando dificultades, perfeccionando nuestro trabajo, buscando cada día darles más espacios donde sentirse segures, reconocides y valioses.
Para este próximo año buscamos instalarnos en la mesa de diálogo ocupando el lugar que legítimamente nos corresponde como colectivo. Reclamamos por una educación sexual integral y una formación para profesionales de la salud que contemple nuestras realidades, para que todes podamos crecer con conocimiento y sin miedo al prejuicio.
Vamos a seguir luchando por nuestro derecho a no ser discriminades por nuestra forma de vivir la sexualidad y los vínculos, y seguiremos luchando para que la sociedad nos reconozca como iguales. Porque así como cumplimos con nuestros deberes, que se nos respalde en nuestros derechos.
Y seguiremos reclamando que nuestras formas diversas de vincularnos afectivamente sean reconocidas legalmente, un matrimonio que represente nuestras realidades y no los mandatos devenidos de un dogma que no nos representa.
Tenemos mucho por lo que seguir luchando, pero es un camino que se construye con el amor, la unidad y el poder de un colectivo que no se conforma, que no se deja pasar por arriba, y que en cada encuentro, en cada evento, recuerda y grita que LA LIBERTAD SEXUAL ES UN DERECHO.